“¿Qué te parecería vivir una experiencia auténticamente mexicana, un espectáculo inmersivo pero no virtual, sino real, en el que tus sentidos puedan sorprenderse con la música, los ritmos, el colorido, las canciones, el deporte ecuestre nacional y los sabores tradicionales de nuestra cocina, además del baile y un ambiente de fiesta?
“Pues eso es precisamente lo que hemos diseñado: un espectáculo musical y artístico con todo incluido, para que los asistentes puedan vivir una Real Experiencia Mexicana”, dice con voz serena pero apasionada Manuel Ibellez.
Poseedor de una larga trayectoria profesional en México como danzante –perteneció al Ballet Folklórico de Amalia Hernández–, además de ser empresario de shows ecuestres en Estados Unidos, el Director General y creador del concepto Real Experiencia Mexicana es un orgulloso promotor de nuestras raíces culturales.
De hecho, concibió este espectáculo teniendo al público extranjero como objetivo.
“Nuestro concepto es un todo incluido, con transportación al evento, cocteles y bocadillos, cantantes de amplia experiencia, una talentosa compañía de danza, jinetes y charros, así como grupos musicales. Un equipo experto de cocina elabora platillos tradicionales de diferentes regiones del país, y nuestros bartenders preparan una gama de bebidas para el público que asiste a Real Experiencia Mexicana”, explica.
En medio del bosque de Jilotzingo y a escasos siete minutos del colegio La Salle Esmeralda –en Paseo del Ejido–, el Rancho Ibelles es perfecto para este show que se prolonga casi cinco horas. El recinto cuenta con cuatro ambientes distintos: un escenario al aire libre con galería elevada, el ruedo taurino con tribuna y 10 palcos, un amplio jardín para realizar toda clase de eventos, y un salón de fiestas con capacidad para 400 comensales.
“Nuestro espectáculo artístico es único en su género: te permite ver, oír, sentir, saborear, oler y, en suma, disfrutar la herencia cultural de México. Comienza con una serie de cuadros dancísticos representativos de las diferentes épocas y regiones del país. Sigue una exhibición de charrería con las suertes clásicas, así como una corrida de toros en la que el astado –sin sufrir ningún daño– muestra su casta y nobleza. Ya en el gran salón, la comida mexicana es amenizada con huapangos y sones veracruzanos que invitan a bailar, así como el infaltable mariachi. Y cerramos la experiencia festivamente en el jardín, con música de banda y el tradicional torito, entre brindis y una serie de fuegos artificiales para cerrar la experiencia con broche de oro”, explica Manuel Ibellez.
Real Experiencia Mexicana es un show que propicia la interacción mediante selfies y fotografías con los jóvenes danzantes, además del baile con apuestos charros o músicos que están presentes durante la comida en el salón y en el jardín al atardecer –además del ambiente de alegría que naturalmente se genera entre los asistentes.
El espectáculo ha sido concebido para sorprender y agradar al público desde su llegada a la hermosa propiedad en medio del bosque, donde el tiempo pasa volando. Los diferentes escenarios, la calidad artística de cada presentación, los platillos y el servicio atento del personal hacen que el recorrido sea memorable, en una experiencia musical, cultural y gastronómica que nos lleva de la mano en su narrativa.
“Nuestra capacidad creativa, artística y de operación nos permite ofrecer un espectáculo con producciones a la medida. Porque Real Experiencia Mexicana rinde homenaje a nuestras raíces, haciendo que los espectadores se identifiquen o descubran –y en cualquier caso disfruten– los valores de México y su cultura histórica. Amamos con pasión a nuestro país y queremos enaltecerlo diariamente con nuestro trabajo”, nos dice Manuel Ibellez al término de la plática.
Es una aventura y fiesta a través del tiempo, con indiscutible talento artístico para sorprendernos, hacernos cantar, reír y bailar –también agradecer–, saboreando una selección de excelente cocina tradicional, y diciendo: “¡Salud!”